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Mostrando entradas de 2021

FLAMENCO. Arqueología de lo jondo. (Antonio Manuel)

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Comencé a leer el libro de Antonio Manuel “FLAMENCO. Arqueología de lo jondo” sin saber muy bien a lo que me enfrentaba y me encontré con un universo que apenas había intuido anteriormente, pero que se me fue desvelando. No creo equivocarme si digo que la mayoría de nosotros poseemos una idea más o menos estereotipada, o más o menos preconcebida sobre el flamenco, el universo gitano, y lo gitano. En mi caso, a medida que avanzaba en la lectura, se fueron acrecentando mis primeras ideas sobre sincretismo, cultura oral, y misticismo. Se trata de un texto en el que la lírica cautiva al lector por la constante expresión de sentimientos de una inmensa profundidad. Cautiva los sentidos, aprisiona el corazón y nos conduce de la mano hacia un mundo desconocido que no podríamos haber imaginado. Tanto es así, que incluso los poemas de García Lorca, o de los grandes místicos como San Juan de la Cruz, se leen y se interpretan bajo un prisma diferente, como vemos en estos versos de un martinete:

La sonrisa congelada. Elvira Martín Isabel

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  La sonrisa surgida en sus labios se congeló mientras sus ojos expresaban la incredulidad, la decepción, la aceptación. La apresuración de su hija por disminuir la importancia de sus viajes. Inconcebible. La alegría atesorada, la ilusión, la impaciencia del relato, la exposición de los lugares soñados, el entusiasmo; todo relegado con un simple “bueno, ya lo sabemos, impresionante que apenas lo descubras”. Su preferida, la que aprendía de él, la que le imitaba, la que exigía, la que se imponía. Desasosiego por la posible coincidencia de que así fuera. IMSERSO. Agencia de viajes de los jubilados, de los mayores según el eufemismo actual en boga; posibilidad de recorrer infinidad de lugares dentro y fuera de España: Roma, Budapest, Mallorca, La Puebla y el lago de Sanabria, Tenerife. Invariablemente la misma reacción a cada regreso.             Análoga incomprensión en la vertiente contraria. Se preguntaba la razón que la empujaba a menospreciar al padre que, con tanta ilusión, ardía

Las maravillas. Elena Medel

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              Elena Medel es una joven poeta cordobesa que cuenta en su haber con numerosos libros de poesía y varios galardones, entre ellos, el Premio Andalucía Joven por “Mi primer bikini” y el Premio Loewe en su sección de Creación joven. Maravillas es su primera novela y con ella ganó el Premio Francisco Umbral al libro del Año, por lo que es considerado como uno de los mejores libros de 2020.             La lectura de “Las maravillas” resulta desconcertante en los primeros capítulos, pues nos aparece como un relato caótico, de hechos disociados, cuyos personajes nos son desconocidos y de los que no poseemos absolutamente ninguna información. La repetición e incluso la coincidencia de nombres nos facilitan pistas, sin por ello aclararnos completamente el enigma. Los misterios se van desvelando progresivamente a medida que avanza la novela, pero no de forma lineal sino por retazos, como si observáramos a una persona que viaja en autobús o en metro, y contemplando el paisaje o a sus

Los Pazos de Ulloa. Emilia Pardo Bazán

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  Emilia Pardo Bazán. Una de nuestras grandes novelistas. Se ha escrito tanto de ella, y su trascendencia ha adquirido tal grandeza, que parece imposible añadir nada más sobre ella o sobre su obra. Desde que se dio a conocer como escritora en 1875, su actividad intelectual fue imparable. Siendo amante de los viajes y del descubrimiento de nuevas sociedades, costumbres y tendencias, sus conocimientos de inglés, francés y alemán le facilitaron el contacto con importantes escritores en diversos países. Fue durante estos viajes cuando conoció el movimiento literario llamado naturalismo, aplicado por Émile Zola en Francia. Este escritor se separó del romanticismo para adoptar los conocimientos de las ciencias que se desarrollaban durante el siglo XIX en Europa. Su expresión literaria progresó al amparo de “La evolución de las especies” de Darwin, de la biología, la fisiología, la separación de la filosofía y la psicología, y del positivismo. Zola deseaba expresar la realidad de las

La Trampa Ana Mª Matute

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              Hoy me voy a ocupar de la tercera y última parte de Los Mercaderes . Es la más compleja de las tres, a pesar de que, como las dos anteriores, el hilo conductor es muy simple. Una guerra que comienza y la vida de los isleños. Una guerra que termina y las confidencias de dos personas que navegan clandestinamente a la península. No comprendo por qué esta novela no ha obtenido ningún premio, pues, en mi opinión, lo merece ampliamente. Esta vez estamos en la mitad o finales de los años sesenta. El tiempo ha pasado y los personajes que encontramos por primera vez en Primera Memoria son adultos, los sirvientes de la abuela son mayores, y la abuela misma tiene noventa y nueve años. Encontramos a Matia, Borja, la abuela, tía Emilia, pero también conocemos a personajes nuevos. Isa, Mario, Bear, Franc y otros que, en realidad, son casi secundarios. Franc es el padre de Matia. Bear es el hijo de veinte años de Matia. Mario es el profesor convertido en amigo de Bear, mucho mayor que

Los soldados lloran de noche ( Ana Mª Matute)

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  En Primera Memoria asistimos al inicio de la guerra que había comenzado en 1936; la seguimos a través de una familia en una isla y de su entorno social y geográfico. La novela termina con el internamiento de Manuel, de 16 años, en un reformatorio. En la segunda parte, Manuel tiene casi 19 años y acaba de salir del reformatorio, la guerra está ganada y a punto de terminar.             El abad del convento intenta convencer a Manuel para que acepte la herencia de Jorge de Son mayor, recientemente fallecido declarándole su heredero; la condición impuesta es la de asistir su funeral. La única intención de Manuel es el de regresar con su madre y sus hermanos pequeños, vivir con ellos y ayudarlos en todo lo posible porque, para él, su único padre real siempre fue José Taronjil. Sin embargo, termina por aceptar la herencia, asiste al funeral y permite al viejo sirviente que continúe viviendo en la casa de Jorge de Son Major, mientras él regresa con su madre y sus hermanos a la casa humil

Los Mercaderes, de Ana María Matute

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PRIMERA MEMORIA Primera parte                    Ana María Matute pertenece a la generación de escritores de los años cincuenta y sesenta, si bien su obra fue prolífica hasta entrados los años 2000.             Durante estas dos décadas, se movió entre el realismo y la renovación narrativa de aquella época. La literatura de la posguerra y del realismo tremendista causó un gran impacto, marcada por las consecuencias de la guerra civil y, a pesar de que no se hablase siempre de ella, estaba presente en la creación de los personajes, sus vidas y la sociedad en la que vivían.              Ana María Matute le gustaba trabajar con trilogías, y es por esta razón por la que hoy quiero iniciar la presentación de una trilogía que está considerada como la mejor producción de esta autora. Se trata de la que lleva por nombre los mercaderes , compuesta por: Primera memoria (Premio Nadal 1959), Los soldados lloran de noche (premio Fastenrath de la Real Academia Española 1962) y La trampa (1969)

CECILIA - GLORIA

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  La fascinación que había sentido hizo que los folios deslizasen de sus manos; a continuación sintió tal desconcierto y sobrecogimiento, que creyó marearse, como si el suelo desapareciera bajo sus pies.                 Estas sensaciones venían dadas por la lectura de una simple historia, un cuento de Emilia Pardo Bazán titulado “Aire”; en él la escritora hablaba de una “loca” interna en un manicomio, pero no era una loca agresiva ni peligrosa, sino una de esas “locas de agua mansa, sin arrebatos, sonrientes, dulces, apacibles en apariencia, presas de “locuras del aire” como lo había sido la Ofelia de Hamlet.                 La  pobre chica se había convencido de que no era nadie, solamente aire, sin ni siquiera poseer un cuerpo. Llegó a esta convicción porque su novio la apremiaba para que le entregara lo que ella defendía con tesón, su pureza, su honra. Su acérrima defensa provocó en él una reacción de sumo desprecio, por lo que le dijo que no era nadie, que era más fría que el a