CECILIA - GLORIA

La fascinación que había sentido hizo que los folios deslizasen de sus manos; a continuación sintió tal desconcierto y sobrecogimiento, que creyó marearse, como si el suelo desapareciera bajo sus pies. Estas sensaciones venían dadas por la lectura de una simple historia, un cuento de Emilia Pardo Bazán titulado “Aire”; en él la escritora hablaba de una “loca” interna en un manicomio, pero no era una loca agresiva ni peligrosa, sino una de esas “locas de agua mansa, sin arrebatos, sonrientes, dulces, apacibles en apariencia, presas de “locuras del aire” como lo había sido la Ofelia de Hamlet. La pobre chica se había convencido de que no era nadie, solamente aire, sin ni siquiera poseer un cuerpo. Llegó a esta convicción porque su novio la apremiaba para que le entregara lo que ella defendía con tesón, su pureza, su honra. Su a...