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Mostrando las entradas etiquetadas como cuentos

LOS NIÑOS TONTOS

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("Los niños tontos". Ana María Matute. Ed. Destino. Planeta de libros.2017)          Ana María Matute forma parte de los escritores de los que he oído y leído numerosas críticas positivas, más aún por ser una de las escasas mujeres incluidas en la Real Academia de la Lengua. Así pues, siempre he considerado que se merecía un acercamiento a su obra, sin embargo, fui postergando su lectura sine die por el simple hecho de que siempre estaría a mi alcance, ya que forma parte de los clásicos, de los que nunca pasan de moda. El momento no llegaba nunca y por fin, me he decidido a hacerlo; he comenzado, como con miedo a una posible decepción, por una selección de cuentos titulada Los niños tontos . Ni qué decir tiene que mi sorpresa ha sido mayúscula, y esta es la razón por la que me dispongo a dar una breve explicación.             Estos cuentos, publicados en 1956, son en su mayoría micro relatos que no sobrepasan un párrafo relativamente pequeño o relativ

LOS GIRASOLES CIEGOS

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Los girasoles ciegos , forman un libro de relatos cuyo desarrollo se sitúa en los últimos momentos de la Guerra Civil y la posguerra española. Son cuatro relatos que constituyen un todo cuyo nexo de unión es muy sagaz y elegante. Alberto Méndez hace gala de un estilo sobrio y clásico en el que no sobra ni falta absolutamente ninguna calificación ni explicación adicional, en cuanto al contenido se refiere. Estos cuatro relatos, en su conjunto, poseen una estructura contundente en la que los dos primeros sirven de exposición de hechos supuestamente conocidos por los lectores, pero que sorprenden por la absoluta moderación, e incluso hermetismo de la transmisión; esto no impide que nos deleite con sentencias desconcertantes e incluso pasmosas. El tercer relato amplía la primera historia sirviéndose de nuevos protagonistas dentro de un universo nuevo. Y finalmente, el último relato aporta el escenario general de la España victoriosa en la que vivían también los vencidos.

Reencuentro del Año Nuevo

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Reencuentros del Año Nuevo Aurora abrió el paraguas en el último peldaño de la entrada y antes de descenderlo, miró a derecha e izquierda. Como no venía nadie, se aventuró sobre la acera. Se apretó el cuello del abrigo y, a pesar de la llovizna que -como decía su madre-, “ no mojaba pero empapaba ”, disfrutó del camino. La media penumbra del atardecer ya comenzaba a estar iluminada por las farolas y, las sombras de los viandantes se proyectaban alargadas sobre los edificios colindantes. A pesar de la humedad de la lluvia, Aurora pensó que la temperatura era perfecta para caminar un rato antes de adentrarse en la boca del metro a la que se dirigía. No fue la primera, pero sí de los primeros en abandonar el restaurante. En el subsuelo aún permanecía la mayoría de los invitados disfrutando de los músicos, de los amigos y de la compañía de algunas copas. Era un buen local. Moderno, sofisticado y, al mismo tiempo, sencillo. Había sido una buena idea escogerlo: menú excelente y