La ciudad de Palma

VISITA A PALMA DE MALLORCA


Indudablemente comenzamos por Palma de Mallorca que fue fundada por los romanos y, seguramente, llamada "Palma". Se sabe con certeza que en la época musulmana se llamaba "Madina Mayurca" y en el siglo XVIII, Felipe V la rebautizó "Palma". Y actualmente la conocemos como "Palma de Mallora".

Jaume II

Palma era una ciudad floreciente que comenzó a decaer debido, en gran parte, a las incursiones piratas. En el XIX, Francia ocupó Argelia y eso disminuyó las actividades de piratería en el Mediterráneo.  Fue entonces cuando  comenzó a crecer y a desbordar el perímetro de la muralla. También en esta época se inauguró la primera linea de barcos a vapor uniendo la península a la isla, hecho que facilitó la comunicación y a llegada de españoles y extranjeros. Se publicó la primera guía turística  Pero el desarrollo llegó realmente a partir de 1960 porque entonces, floreció igualmente el fenómeno del turismo.

Esta ciudad es muy agradable para visitar pues no es demasiado grande, y caminar es un placer que aprovechamos para visitar los monumentos; durante el paseo, descansar es casi obligatorio en sus plazas coquetas y sombreadas. También podemos intentar perdernos en sus largas y estrechas calles, aunque siempre encontramos la salida.

Ante la abundancia de lugares, voy a escoger algunos. La primera visita obligatoria es la de la magnífica catedral de estilo gótico levantino, imponente en su tamaño y arquitectura; tan cerca del mar que sus enormes rosetones se reflejan en el agua.


No podemos pasar por alto los museos, por ejemplo el de Arte Contemporáneo y el de la ciudad. Después de esto, sus abundantes iglesias nos ayudarán a recuperar la respiración fuera del calor y la humedad ambiente. No olvidemos el jardín de los baños árabes, refrescante para dejarnos invadir por el silencia y la relajación de verde; allí vendrá a acompañarnos la energía de todos aquellos que beneficiaron de este lugar en el pasado e hicieron posible que ahora, podamos disfrutar nosotros de él.


Después de este viaje espiritual por el espacio y el tiempo, continuamos la visita. No quiero que os canséis demasiado, por eso vamos a abreviar. Podemos pasar Plaza Mayor, de forma cuadrada como en muchas ciudades españolas, Madrid, Salamanca... Allí, o en sus alrededores hay gran oferta restauradora donde reponer fuerzas tomando una limonada, una cerveza o un vino de la tierra acompañados de un pá amb oli o cualquier otra especialidad mallorquina.

Esa vez nos alejamos  del centro hasta l Paseo Marítimo, sin olvidar los barrios aledaños: El Junquet y Sta Catalina. Proseguiremos hacia el castillo del Bellver para concer un poco de la historia de la ciudad y admirarla desde la altura.


Este gran resumen turístico de la ciudad estaría incompleto si olvidásemos la Fundación Pilar y Joan Miró. En ella nos es grato admirar cuadros, gravados y esculturas de este genial artista genial en el que los colores y las lineas elementales y simplificadas nos hace evocar todo ese espíritu mediterráneo, inquieto, expresivo y esencial existente por doquier. 

Este espíritu se hará más intimista visitando el taller en el que Miró trabajaba, cerca del mar y por encima de él; gozando de su luz,simplicidad y elegancia. 


Bien, damos por terminada esta pequeña visita, y vamos a descubrir la isla.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La más recóndita memoria de los hombres. Mohamed MBOUGAR SARR

Castillos de fuego, Ignacio Martínez de Pisón

El corazón del cíclope, José Antonio Abella