BERNON SUBUTEX. Tomo I





 Virginie Despentes es una escritora polémica por excelencia desde la aparición de su primera novela Baise-moi. Escritora cuyo principio primordial es el de expresar exactamente lo que piensa sin medias tintas y haciendo caso omiso del concepto de “lo políticamente correcto”. Ayudándose de metáforas que siembran el texto de imágenes, de ausencia o presencia de puntuación, de términos populares o cultos, establece un ritmo de lectura adictivo, como si se interpretara una melodía que no deseamos interrumpir hasta el final de la ejecución. 

Feminista a ultranza, pretende que incluso el sórdido mundo de la pornografía se feminice dejando de reproducir sistemáticamente el modelo del cine X en el que la mujer no es sino un cuerpo que se utiliza para realzar la sexualidad masculina, un simple receptáculo pasivo de libre disposición.

Conocedora de la anticultura y la cultura underground, su trayectoria hace de ella una escritora cuya expresión provoca escándalos, rechazos, e incluso conmoción, rabia, perturbación y confusión. Sin embargo ha sabido evolucionar dentro de la tarea creadora pasando de ser una simple escritora de choque hasta convertirse en una fina analista de la sociedad francesa, pasando por el mundo de las drogas, la porno generación, el feminismo porno punk, o los desheredados del sistema social. Y a pesar de que ella se sitúa en Francia, estos mismos hechos podrían extrapolarse a cualquier país occidental.

En esta novela Vernon SUBUTEX, nos introduce dentro de un círculo sexualizado, hedonista y burgués. Nos conduce a los excesos, cualquiera que sea el cículo social hasta llegar a los SDF, esas personas que, por diversas circunstancias, se ven obligadas a vivir en la calle, ya sea por enfermedad, desempleo de larga duración, abandono personal, o cualquier otra circunstancia.

La historia se desarrolla a través de dos hilos conductores; el primero es el personaje de Vernon y el segundo es la muerte por sobredosis del cantante Alex Bleach, guapo, negro y famoso que, sin ser un excelente profesional, consiguió salir del círculo de los jóvenes destinados al fracaso y la marginalidad. Llegó a ser tan rico que no sabía cómo emplear su dinero, excepto en el consumo de drogas, en sufragar sus vicios y en ayudar a su amigo Vernon. El hecho de su color de piel no sería relevante si no nos situáramos en un ambiente en el que el éxito parece reservado a los representante de la raza blanca.
Vernon es vendedor de discos de vinilo, pero a causa del desarrollo de internet, ve la degradación progresiva de su negocio. Durante un tiempo consigue vivir de la venta de sus existencias en plataformas como Ebay, pero llega un momento en el que, por falta de recursos, es expulsado de su vivienda y, a partir de ese momento comienza su periplo buscando alojamientos temporales dentro de su círculo de conocidos y antiguos amigos. 

Es así cómo poco a poco entraremos en una sociedad, en la que no faltan los burgueses que desprecian las clases populares, las que tienen problemas económicos y no pueden permitirse ni caprichos ni lujos. Junto a ellos también encontraremos a aquellos que, perteneciendo a clases populares, desean pertenecer a la clase burguesa; para ello no dudan en servirse de su cuerpo, si con ello consiguen conocer todo lo que les está vedado. Desgraciadamente les resulta demasiado fácil acostumbrarse al lujo que habían desconocido hasta entonces. No faltan los viejos roqueros venidos a menos, saciados de drogas y alcohol, pero siempre pletóricos de la nostalgia de su juventud.

Igualmente encontramos los y las adolescentes rencorosos hacia la sociedad que maltrata a sus padres. Magrebíes que creyeron que adoptando la mentalidad, lengua y cultura francesa, se les abrirían las puertas del futuro cuando en realidad, siempre se les detuvo ante la puerta de cualquier trampolín social so pretexto de pertenecer a otra cultura, lengua y religión.

Aún más nos sorprenderá el introducirnos en el pensamiento y los sentimientos de un maltratador, el cual tras diversas terapias, consigue comprender que su mujer le abandonó debido a su violencia y, sin embargo, no está seguro de no repetir lo mismo en el futuro, en caso de que se presente la ocasión.

Vernon agota sus posibilidades de albergue,  incluida a una mujer que, despechada porque Vernon desaparece en el momento en que ella se dispone a comenzar una magnífica relación de pareja con él. Ésta no le perdona que se vaya con un par de objetos de valor con los que tendrá recursos suficientes para sobrevivir algunos días. Su venganza será la de emprender la “busca y captura” del ladrón que se aprovechó de ella, la engañó y la abandonó.

Así pues, a Vernon no le queda más remedio que reconocer que debe instalarse en la calle porque, definitivamente se ha convertido en un SDF. Es esta nueva situación la que le facilita encontrarse con nuevas personas y adentrarse en el submundo de los mendigos amenazado por los neos nazis; su decadencia le hará tocar fondo cuando un antiguo amigo, estando con él, es víctima de los golpes de un cabeza rapada y terminará en estado de coma en un hospital. Vernon toda el fondo más profundo; el vacío se instala en él y, de repente, toma conciencia de su situación y de todos los que, como él, se convirtieron en desheredados del mundo.

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